De qué hablo cuando hablo de Aprender

Cuando hablamos de aprendizaje nos vienen diferentes conceptos a la cabeza: estudio, lo primero y después, educación. Si además nos adentramos en el mundo de la empresa, lo vinculamos rápidamente a formación, probablemente provocada por la digitalización, y enseguida vienen en cascada conceptos como upskilling, reskilling, talento, RRHH, learning & development...

Y desde aquí quiero reivindicar el concepto aprendizaje como algo más grande, más poderoso, más necesario, más esencial. De hecho, el aprendizaje, antes que al estudiante o al profesional que necesita actualizarse de forma constante, está vinculado, sobre todo, a la persona.

Aprendizaje debería escribirse en mayúsculas. APRENDIZAJE. Porque es la herramienta que nos permite avanzar, crecer, ser quien queremos ser. Unas veces despacio, otras más veces. Pero siempre, desde la mejora constante. Y no como profesional -que también- sino como persona.

Porque aprender depende de uno. De hecho, no sucede si uno no quiere. Sí, incluso cuando se dice que “aprendemos a golpes”, incluso ahí, si no hay intención, no hay aprendizaje. 

Quiero reivindicar el concepto aprendizaje como algo más grande, más poderoso, más esencial. Vinculado, sobre todo, a la persona.

En estos años de existencia de mi método Lean Learning® me he dado cuenta de que el efecto más maravilloso no está tanto en saber cómo leer más rápido, sino en encontrar esa motivación que te lleve a querer robar tiempo al tiempo para leer todo lo que quieres leer.

 

He entendido que la memoria se activa no por horas de repetición, sino por poner foco y atención en el momento del aprendizaje.

He acompañado a aprender desde las preguntas, en vez de hacerlo desde las respuestas. 

He comprobado que las fortalezas de uno mismo no se encuentran desde el papel, sino aprendiendo a observarte. Como decía Jung, ‘mirando fuera, sueñas; mirando dentro, despiertas’. Y que lo que eres, se encuentra cuando haces.

Me ha maravillado que el beneficio de saber aplicar deliberadamente no está tanto en el avance del proyecto como en la superación del miedo.

He conocido que saber desaprender no es sólo la facilidad por incorporar nuevas maneras de hacer las cosas, sino ser capaz de abrazar la vulnerabilidad que supone sentir que empiezas de cero. Y la recompensa de entender que, cuando vacías la mochila y dejas lo importante, avanzas más ligero.

He visto que definir el plan de aprendizaje no sirve tanto para saber lo que viene, sino para aceptar lo que venga sin nosotros saberlo.

 

He cambiado mi concepto de productividad al darme cuenta de que no depende tanto del tiempo, como de la atención que ponemos a lo que hacemos.

He comprobado que las fortalezas de uno mismo no se encuentran desde el papel, sino aprendiendo a observarte.

Llamé Lean Learning al método para incorporar la agilidad del entorno emprendedor. Pero aprender ágil no significa ir a mayor velocidad, sino con menos peso. Ser capaz de adaptarte con más facilidad, gracias a no tener lastre. Tener la libertad de decidir, la capacidad de cambiar de rumbo cuando haga falta.

Avanzar ligero significa, paradógicamente, dar pasos más en firme. Porque no son pasos que se dan en automático, sin desde la reflexión.

Avanzar ligero no es necesariamente avanzar rápido, sino poder elegir el ritmo incluso cuando este sea vertiginoso. No dejar que te indiquen el ritmo, sino ser tú quien elige la cadencia.

Avanzar ligero significa aceptar que podemos tener un plan pero no el control. Y que no te importe, que no te dé miedo. O sí, pero que en vez de dejar de hacerlo por miedo, aprendas a hacerlo con miedo. 

Avanzar ligero es tener la capacidad de mantenerte estable dentro del modo beta. Abrazar la incertidumbre como parte del camino.

Aprendizaje ágil es entender que el futuro ha cambiado y nuestra manera de aprender, también. Ahora, más que nunca, exige reflexión, emoción y valentía. En definitiva, implica cabeza, corazón y manos.

Aprender ligero significa, paradógicamente, dar pasos más en firme.

APRENDIZAJE, así, en mayúsculas, implica saber hacerte las preguntas adecuadas y ser mejor después de ello, incluso sin tener todavía las respuestas. Aprender es la herramienta para crecer como profesionales pero, sobretodo, como personas. 

A esto me refiero, realmente, cuando hablo de aprender. 

Y para ti, ¿qué es aprender?