Si eres como yo, las novelas las guardas para verano, cuando puedes leerlas de un tirón y meterte de lleno en la trama.
La manera de leerlas debe ser diferente a los libros de no-ficción. Con las novelas hay que disfrutar del qué se cuenta y también del cómo se dice. Aquí no va de cómo leer más rápido, sino de leer mejor y, sobretodo, de disfrutarlo.
Hoy te traigo algunas sugerencias de qué leer estas semanas y 7 puntos de cómo hacerlo para sacar todo el aprendizaje de cada una de ellas.

‘Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado’,
Maya Angelou.
Novela autobiográfica de Maya Angelou en la que discurre desde su infancia en Arkansas a su vida en California a principios del s. XX, donde la población negra no lo tenía precisamente fácil. Un libro para entender algunas reivindicaciones actuales.

‘Nuestras Riquezas- una librería en Argel’,
Kaouther Adimi.
La novela discurre entre Argel de 1935 y el de 2017. En un espacio que pasa de ser punto de encuentro de escritores como Saint-Exupéry o Camus, a un mero espacio de especulación inmobiliaria. Dos visiones diferentes, pero ambas hablan de Argel y del amor por los libros.

‘Patria’,
Fernando Aramburu
Si todavía no lo has leído, ahora es el momento. Para conocer (si eres tan joven que no lo conociste) o para no olvidar una realidad que fue hace tan poco tiempo pero que afortunadamente la recordamos lejana.

‘La Chispa’,
Kristine Barnett
La historia real de una madre que aprendió a convivir con un hijo con doble excepcionalidad: autismo severo y superdotación. Para entender lo que sucede en cada extremo de las capacidades y ver que, al final, consiste en atender desde los talentos de cada uno.
Sácales todo el jugo
1. Haz una ficha del libro en la que apuntes, lo primero, el origen del libro: por qué lo compraste, quién te lo recomendó o quién te lo regaló (si es el caso). Además de ubicar el libro, te ayudará a recordar con quién comentarlo o a quién darle las gracias.
Puedes hacer la ficha en papel, en un word guardado en el drive o en un programa tipo Evernote o Notion (yo lo hago en este último, porque es donde tengo mi plan de lecturas, también).
2. Averigua un poco sobre el autor o autora y recopilar los datos que te falten para situarte en el momento histórico: te dará contexto y leerás el libro con una mirada más completa.
3. Subraya todos esas expresiones que te parezcan interesantes por el motivo que sea. Palabras nuevas, si las hubiera. Reflexiones, si las suscita.
4. Cuando termines el libro, apunta las frases subrayadas y términos nuevos, en la ficha.
5. Añade una pequeña sinopsis, con lo que más te ha impactado, lo que menos, si te ha gustado, por qué… Sí, puede que te esté sonando a redacción del cole. Pero en realidad, es una manera de ordenar ideas, de verbalizar lo que te ha aportado el libro…. Apunta lo que necesites ordenar: ideas, aprendizajes o emociones.
6. Relaciónalo con algún otro libro que hayas leído. Sea por similitudes de la trama, por tener diferentes enfoques sobre un mismo tema, por el protagonista… Te ayudará a crear anclas de memoria y a ampliar tu red de aprendizajes. Poco a poco irás creando tu propia red de vínculos en tu biblioteca: como el algoritmo de recomendaciones de Amazon, pero sólo tuyo y creado por ti.
7. Piensa en alguien a quien pudiera gustarle y recomiéndaselo. Así mantendrás la rueda girando 🙂
Espero que te resulte útil este método para leer con más profundidad cada libro de este verano.
Disfrútalos, sin prisa. Que para eso está el verano.
(Y si tienes pequeños en casa, también puedes aplicarles este método, adaptado, claro, a su edad. Irán creando su propia pequeña base de datos y aprenderán a reflexionar sobre cada libro).